Historia de Carpe Diem: Los nombres
Pues con este título os propongo que expliquemos como se fue fraguando el club que hoy formamos. Un pequeño ejercicio de memoria que aquí os lanzo por si lo queréis recoger.
Cómo ya habréis notado, Manolo, Susan, Miguel… se convierten en Ben, Alice y Jason. Y así ha sucedido con todos nuestros miembros en los últimos tiempos. La norma puede parecer caprichosa pero guarda una significación con una serie de costumbres y tradiciones diversas. Por ejemplo, los apellidos siempre empiezan por Mc (McCallister, McDonaldhum, McEnroe…), esto es un pequeño homenaje a los clanes escoceses.
El que los nombres sean anglosajones es una manera de diferenciarlos claramente del resto. Todo grupo que aspira a crear una ideología en su entorno lo primero que hace es crear una denominación propia, un árgot, un lenguaje secreto y consuetudinario que al momento permita distinguir a un iniciado del resto… bueno, en nuestro caso ni pensamos crear una ideología ni somos una secta ni un clan, pero utilizamos esta imaginería para darle un toque de misterio y de cierto “glamour” al grupo…
Sobra decir que el hecho de que sean ingleses es simplemente porque somos españoles. Lo que cuenta es la diferencia, así nuestra miembro japonesa (Yoko) recibió el nombre de Marisol, siendo de momento la única excepción a la norma anglófila.
Junto con los nombres, están los cargos. Como norma, los cargos debían referirse a características claramente notorias de la personalidad de cada uno, y no podían “rebajarse” a simples funciones burocráticas o técnicas (vocal, director, subdirector, etc.), sino que tenían que poseer una vocación más espiritual y metafísica. La idea es que cada miembro se identifique por una habilidad, por un rasgo de personalidad que le da a nuestro club. Si lo pensamos, esta tradición esta viva en multitud de culturas tradicionales, tribus indias y se refleja en poner “motes” que no son meras etiquetas, sino una manera cariñosa de referirse a alguien que tiene un don especial para algo.
Así pues, nos encontramos con La Voz de la Sabiduría (Ali), El Oráculo (Ben), y el Hermano de las Ideas (servidor). Otros miembros importantes son: Esfuerzo Encontrado y… que mis compañeros me ayuden con algún otro, pues ahora he de confesar que no recuerdo.
¿Cómo surgió esta idea? Recuerdo que estábamos en el Paseo de los Tristes en el lugar en el que se reunía Ángel Ganivet con la Cofradía de la Fuente del Avellano y surgió la idea de darle un planteamiento original al club, dotarle de señas de identidad propia, “tunearlo” por así decirlo. Y eso hicimos.
Desde entonces, cada nuevo miembro debe pasar por un rito de iniciación en el que se le bautiza y se le da un nombre y apellido que será en adelante su identidad en el club.
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